bye summer


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La Gran Zambullida, una pintura de David Hockney, 1967
la gran zambullida david hockney 1967

No sé a vosotros, pero a mí la monotonía no me gusta en absoluto. Yo no podría experimentar el mismo gozo que Hockney sintió cuando se mudó a Los Ángeles desde su tierra natal. Allí pudo descubrir las delicias de un elemento arquitectónico que hasta ese momento poco o nada había disfrutado. No, al menos, de la manera en que lo hizo a partir de entonces. Se enamoró. Sí, lo hizo. No solo de aquella tierra tan distinta de la suya, sino también de su clima, de sus gentes y de sus piscinas. Sobre todo de ellas.

Empezó a plasmarlas en sus lienzos de manera recurrente. Habitadas casi siempre por su novio. Alguna vez por su "alter ego" o, incluso, por alguno de sus amigos. Pero en este lienzo solo vemos el entorno. Un entorno construido cuyos únicos elementos vivos son un par de palmeras y un hilo de césped que arropa el muro. Y esa salpicadura que nos advierte que no estamos solos. Que no contemplamos una simple naturaleza muerta. Que nos comunica que alguien "desconocido" habita en la obra. Alguien solitario, nos cuenta la única silla de la escena. Nunca se ha dicho tanto sin emplear menos "recursos".

Sin embargo, ese alguien está a un millón de años luz de la imagen que contemplamos. Una barrera inmaterial los separa. Una frontera que aquí, sin embargo, se hace sólida, expresada mediante una superficie que, debiendo ser transparente, se opaca a nuestros ojos. No solo es física sino también mental. Es el aislamiento que experimenta el protagonista en el interior de ese sucedáneo de útero. De esa habitación exterior que lo protege de casi todo. Que lo transporta a un mundo en el que lo único importante es no romper la magia allí contenida. Porque, una vez traspase el espejo elástico que está sobre su cabeza, habrá vuelto al mundo real, habrá dejado atrás su protección, su oasis. Y su otro yo, quedará para siempre atrapado en el rincón más profundo del recinto.

David Hockney delante de La gran Zambullida
hockney ante su obra

Un sentimiento parecido nos invade al pensar que los días de piscina se han terminado. El otoño llega indefectiblemente para instalarse. Con él, lo harán los días de habitaciones cerradas y compartidas. Deberemos abandonar el cuarto exterior hasta el año que viene. Sellar el refugio. Desistir unos meses... y nos sentimos tentados de no hacerlo, de atrincherarnos en él para siempre esgrimiendo el espíritu rebelde de la adolescencia.

Pero si así fuera ¿Cómo podríamos instalarnos en un verano perpetuo? Sería demasiado monótono. Y la monotonía siempre estropea la magia. Impediría que cayéramos en el hechizo, como lo hizo David. Y yo ─e imagino que vosotros también─ quiero sucumbir cada verano. Por eso, lo mejor es relajarse. Respirar hondo. Tomar posición y zambullirse. Disfrutar la última gran zambullida del verano. Regresar para continuar viviendo tras el impás veraniego. Y esperar nuestro próximo y ansiado encuentro. Dos estaciones nos separan aún. Pero el tiempo corre a nuestro favor... Ya queda un poco menos.

Comentarios

  1. wow, no conocia ese pintor ni su obra. Me gusto mucho tu relato y la verdad deja mucho que pensar , no solo se trata del fin del verano, este puede ser interpretado de muchas maneras. Tienez razon la monotonia arruina y termina con la magia de las cosas, eso pasa mucho en el amor, en las parejas. Hay que disfrutar todo en la vida cada dia, nunca sabemos cuando es el ultimo chapuzon del verano

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    1. Cierto ¿No dicen que la vida es aquello que pasa cuando estamos ocupados haciendo planes?
      Hay que aprovechar el presente. 😉

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  2. Por estos lados ya estamos en primavera,,,y no me molestaría nada un verano eterno jeje. Cosiderando la pintura de Hokney, que no lo conocía por cierto, puedo interpretar humildemente, a mi forma de ver:
    Delante del pedestal hay una silla vacía, se cansó de ser observador de la vida, y sólo observando y viendo la vida pasar no ganamos nada, hay que actuar, de allí, decidirse a "zambullirse" atreverse, y el agua siempre es sinónimo de " Vida", de protección para algunas culturas y religiones. Es la primera vez que veo una obra de éste Pintor. Cada estación tiene su tiempo, y hay que vivirla asi, tal cual.

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    1. Buena interpretación, sí. Es lo bueno del arte, independientemente de lo que el autor haya querido transmitir, cada observador es libre de ver lo que quiera en la obra. Ello siempre contribuye a enriquecerla. Eso es algo que me encanta del arte. Puede dar lugar a múltiples diálogos sobre dicha obra.

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  3. Hola preciosa.
    Que interesante wow, no conocía ese pintor ni su obra. Me gusto mucho tu relato y la verdad deja mucho que pensar, de hecho voy a ver si me lo puedo descargar a ver qué tal me ha parecido interesante

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    1. Me alegro de que te haya gustado. Gracias por leerla.

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  4. Hola! La verdad es que no conocía este pintor, hockney, ni tampoco su obra pero he de decirte que me ha encantado, aquí ahora estamos en primavera y no hay nada que me gustase más en este momento que fuese verano y darme una gran zambullida. Estoy totalmente de acuerdo contigo a mi tampoco me gusta nada la monotonía creo que es bueno estar ocupado haciendo planes y disfrutando de hacer cosas que nos aporten y disfrutar siempre de cada momento y de la vida. Un saludo.

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    1. Aquí también acaba de empezar la primavera aunque siga lloviendo y haciendo frío. Ya vendrán tiempos mejores. Ya queda menos!

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  5. Hola guapa, me ha encantado este cuadro, es chulísimo y como bien dices es muy evocador.. lo veo fresco, diferente, alegre.. me gustaría conocer más la obra de este artista, tiene que ser cuanto menos sorprendente. Muaksss

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    1. ¿Eso es una invitación a que hable de él? Todo se andará. Gracias por tu comentario. Un placer mostrar esta obra y este gran artista.

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  6. No había pensado al mirar la obra que claro si hay salpicadura de zambullida es que hay alguien mes en el dibujo que no vemos... Pero es interesante ver como con unos cambios en el agua nos demuestran que también hay vida en el lienzo aunque no lo veamos y como dices no es solo una foto de cosas inertes.

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    1. Esta particularidad es lo que le vale la fama a la tela, que se convierte en algo así como un manifiesto filosófico. El autor se basó en fotografías para representar de forma correcta la salpicadura. Estaba obsesionado con captar el momento exacto.

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  7. Hola. A mi tampoco me gusta nada la monotonía, me aburre demasiado. Me ha gustado mucho leer tu post porque he quedado impresionada con el cuadro... ¡que maravilla! Me encanta el verano, pero como dices si fuera perpetuo al final sería aburrido... Besos.

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  8. Interesante la obra de este artista, que oor cierto no conocía, su estilo me parece moderno, me gusta mucho el verano y los placeres que trae consigo, una buena comida, una preciosa puesta desol, siento que es muy corto pero intento también disfrutar del resto de estaciones que también tienen su encanto.

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    1. Moderno pero el cuadro tiene 50 años, aunque parezca mentira. Pertenece a la corriente del Pop Art, de la que uno de sus máximos exponentes fue Andy Warhol. Quizá este último te suene más.

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  9. Te ha quedado genial el texto para acompañar este cuadro. Porque es tuyo, ¿verdad? Nunca he visto esta obra y el estilo me choca un poco al descubrir la edad de su autor (o intuirla por la imagen). El verano se asocia siempre con el buen rollo y la diversión y cómo no con playita y piscina, saludos!

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    1. Sí. Es mío. Todos los textos lo son. Excepto una pequeña referencia en el post On the Beach pero lo digo y lo entrecomillo. El cuadro es de los años sesenta. Los artistas siempre van por delante y, además, en el siglo XX hubo una explosión de talento sin parangón en ningún otro siglo. ✋

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  10. Es el poder del arte. Puede hacer sentir los más variados sentimientos a quién lo contempla.

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  11. Hola, guapísima. He dedicido escribirte en este post porque ya podemos decir que... ¡el verano empieza y no acaba! Me encanta la sensación y ver a la gente en verano: está relajada, tranquila y parece que es consciente de los pequeños detalles. El cuadro (que por cierto la historia es super motivadora) me ha invitado a arriesgar, a tirar hacia delante, a no quedarme parada, a luchar. En definitiva, a lanzarme hacia mis sueños. ¿Si me equivoco? Estoy segura de que al menos, habré aprendido un montón de cosas.

    Un beso grande.

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    1. Desde luego todo supone siempre un gran aprendizaje. Sea al lado positivo como al negativo. Enhorabuena por atreverte a arriesgar.
      A ver si esta piscina y Hockney atraen el buen tiempo porque no parece terminarse nunca el malo. Al menos por mi tierra.
      Saludos.

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