on the beach

battery park 1983

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¡Qué diablos...! Fue lo primero que me vino a la mente al ver la foto de la cabecera. ¿Qué pintaba una playa al lado de las Torres Gemelas? En www.untappedcities.com lo explican así:

Estas fotos antiguas de 1977 a 1983 son el recuerdo no solo de lo que se ha perdido sino también de que la geografía urbana está en constante cambio. En 1982, el complejo del World Trade Center no se había completado todavía y, desde luego, tampoco Battery Park City, la mayor parte de ella se construyó en la década de los ochenta. El World Financial Center se completó en 1985. La "playa" que vemos aquí procede de las excavaciones hechas para construir el World Trade Center.

Mas pocas cosas son lo que parecen. A la vista de estas imágenes, podríamos pensar que detrás de la cámara se halla una playa al uso. Idílica, con sus mareas, el sonido relajante de las olas, las embarcaciones de lujo, el glamur de los usuarios luciendo palmito... Nada más alejado de la realidad. Lo que vemos, no es más que un simple vertedero. A él han ido a parar toda clase de escombros procedentes de cada obra próxima —que en esos días fueron unas cuantas—. Restos de tuberías, de piedra, tubos y barras de acero de todas las medidas, junto con barro procedente de las zanjas aledañas. Un amasijo acumulado de cualquier manera. El resultado de rellenar los huecos existentes entre los innumerables muelles, abandonados tras el auge del transporte aéreo. Y, sin embargo, un inmenso solar de un valor incalculable. Una porción muy jugosa de la Gran Manzana, disponible para especular a lo grande.

"¿Por qué está vacío?" os preguntaréis. La respuesta es sencilla: "Por lo que suele pasar en estos casos". Acometer un proyecto de esta envergadura, siempre encuentra demasiados escollos. En este caso, costó varias décadas llevar a término la urbanización completa de la zona, en un toma y daca de intereses creados entre inversionistas y autoridades: "El reparto del pastel, a fin de cuentas."

Entretanto, en los primeros años de vida de esta área ganada al río —con buen criterio— se adecentó la superficie con suficientes toneladas de arena. Apta para crear un mágnífico solarium, un hermoso espacio para volar cometas pero nunca, un lugar para bañarse. Los bordes son demasiado "abruptos" y las aguas, "sin comentarios..." Hablamos del río Hudson. 

Lo cierto es que durante un tiempo, miles de personas disfrutaron de este lugar de encuentro de forma gratuita. Lo sintieron como si fuera su parte privada de Los Hamptons. Un arenal al pie de casa y un lugar para el arte: Desde 1978 hasta 1985, las multitudes se reunieron en la zona norte de Battery Park City para asistir a exposiciones de arte —las llamadas Art on the Beach, que organizó el grupo de artes públicas Creative Time— pero también lo hicieron para liderar protestas. Aquellos fueron buenos tiempos para el Downtown, sin duda. Una época cuyo poso ha quedado. Un tiempo en el que perteneció al pueblo, y solo a ellos. Desde entonces, los Neoyorquinos pueden decir, al contrario que la canción de Los Refrescos: " Vaya, vaya. Aquí sí hubo playa."

WTF! It was the first thing that came to my mind to see the photo in the header. Why was there a beach next to the Twin Towers? In www.untappedcities.com is explained as follows:

These vintage photographs from 1977 to 1983 are reminder not only for what has been lost, but also that urban geography is always changing. In 1982, the World Trade Center complex was not completed yet, and certainly not Battery Park City, most of which was built in the 80's. The World Financial Center was completed in 1985. The "beach" you see here is from the excavations to build the World Trade Center.

But few things are as they seem. In view of these images, we might think that behind the camera exists a genuine beach. Idyllic, with its tides, the relaxing sound of the waves, the luxury boats, the glamour of users showing off one's good looking... Nothing could be further from the truth. What we are seeing is nothing more than a simple landfill. All kinds of debris from each construction work next —which were several works in those days— have gone to him. Remains of pipes, stone, tubes and steel bars of all measures, together with mud coming from the surrounding ditches. A ragbag accumulated in any way. The result of filling the existing spaces between the countless docks, abandoned after the boom of air transport. And though, an immense plot of incalculable value. A very juicy portion of the Big Apple, available to speculate in a big way.

"Why is it empty?", you may ask yourselves. The answer is simple: "By what usually happens in these cases." Undertaking a project of this magnitude, always find too many pitfalls. In this case, it took several decades to finish the complete urbanization of the area, in a give-and-take of vested interests between investors and authorities: "The division of the pie, after all."

Meanwhile, in the first years of life of this land reclaimed from the river —with good criterion— the surface tidied up with enough tons of sand. Suitable for creating a magnificent solarium, a beautiful space to fly kites but never, a place to bathing. The edges are too "abrupt" and the water, "no comment"... I'm talking about the Hudson River.

The truth is that for a while, thousands of people enjoyed this meeting place for free. It felt like it was their private part of The Hamptons. A sandy beach at the foot of their houses and a place for art: from 1978 until 1985, crowds gathered in the nothern end of Battery Park City to attend art shows —the so-called Art on the Beach, organized by the public-arts group Creative Time— but also to lead protests. Those times were good times for Downtown, no doubt. A time that left its own mark. A time in which it belonged to the people, and only to them. Since then, New Yorkers can say, unlike the song of The Refrescos: "Wow, wow. Here there was a beach."